Juan de Padilla, (Toledo, 1490 - Villalar, Valladolid, 1521). Perteneciente a una ilustre familia de hidalgos toledanos, llegó a regidor de la ciudad. Se dedicó a la carrera de las armas y fue nombrado capitán de gentes de armas en agosto de 1518, a petición de su padre.
Con la llegada a España de Carlos I, surgieron en Castilla descontentos contra la influencia del séquito extranjero que traía el nuevo rey, así como contra los costes de su política exterior. Padilla se enemistó con el rey porque no le concedió un cargo al que creía tener derecho hereditario, se unió a los descontentos y se opuso a la concesión del servicio que el rey pedía a las Cortes para financiar sus campañas en Europa (1520).
Padilla fue nombrado jefe del ejército comunero.Participó en las entrevistas con la reina Juana I, prisionera en Tordesillas, de quien no consiguió un apoyo explícito y por escrito a su causa.
Debido a ciertas tensiones internas, Padilla fue destituido por Pedro Girón para dirigir la guerra, pero volvió al poco tiempo por aclamación popular.
Las tensiones internas entre los comuneros llevaron a Padilla a regresar a Toledo cuando la Junta eligió a Pedro Girón para dirigir la guerra; más tarde, cuando éste se pasó al bando real, Padilla volvió a tomar el mando por aclamación popular (1521).
Tras obtener algunos éxitos militares en Ampudia, Simancas, Mucientes y Torrelobatón, fue derrotado en Villalar y ejecutado allí mismo junto con los otros líderes de la rebelión, Juan Bravo y Francisco Maldonado. Su viuda, María Pacheco, sostuvo por algún tiempo más la rebelión de Toledo, finalmente sofocada en 1522.
Como muestra de advertencia por parte del Rey su casa fue demolida y sembrada de sal para que no pudiera producir ni aun hierbas silvestres
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